Un puñado de israelíes no pueden casarse con quien quieran. Son los mamzerin, los bastardos. Los tribunales rabínicos llevan un registro -una especie de lista negra- que en 2004 contenía un centenar de nombres, según la prensa local. Durante 10 generaciones, estas personas sólo pueden casarse con otro mamzer o con un judío converso. En Israel, el matrimonio, como el divorcio o los entierros, se rige por la ley religiosa judía, dictada por sabios ancestrales y aplicada casi siempre por ultraortodoxos. Las bodas civiles no existen.
Menos impactante, pero mucho más extendido, es el problema de las mujeres a las que sus maridos niegan el divorcio.El proceso de ruptura conyugal frente a un esposo recalcitrante se torna a veces en auténtico chantaje... Continuar leyendo.
Hace 4 meses
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